De los aprendizajes que he podido adquirir en esta parte de la asignatura, gran parte de lo asimilado ha sido en cómo se despliegan nuevas afecciones en torno a la investigación. En un primer momento, he podido adentrarme en el tiempo y ver desde dónde proviene la investigación, es decir, su tradición, ya sea empirista o positivista en base al método científico. Este método trata de adquirir el saber de fenómenos desde un posicionamiento sobre el objeto observado, desvinculado del sujeto que lo observa.
Siendo así, se comienzan a desplegar otro tipo de miradas en las que esa desvinculación no marca fronteras y, además, se adentra en fenómenos complejos y cambiantes como los sentidos, las emociones y el intelecto. Alejados de un método científico, comienza a gestarse la investigación artística que sitúa al sujeto y al objeto en las fronteras de la investigación. Teniendo en cuenta la subjetividad del sujeto como una parte relevante y tomando consciencia de las zonas liminales que no proporcionan productos acabados o resultados tangibles.
Como he comentado, en esta nueva forma de investigación artística, el sujeto parte desde una experiencia propia a la hora de su labor como investigador. Siendo así, el sujeto, en una primera instancia, podría considerarse como un binomio de sus partes, dando como resultado la figura de investigador-artista. Por otro lado, las categorías para el estudio de los distintos objetos toman diferentes caminos según su preposición. Esto es, desde una perspectiva interpretativa del objeto podría ser investigado sobre las artes, o, en el caso de una perspectiva instrumental, trazarla para las artes.
De estos caminos que dispone la investigación artística se distinguen dos resultados. Por un lado, los productos artísticos; por el otro, la práctica creativa. En la fragmentación de estos resultados se encuentran sus partes, que se definen como el objeto, el método, el contexto y el resultado. El objeto ha quedado anteriormente explicado. En el caso del método, estará ligado al marco conceptual y a los instrumentos de análisis. Por la parte del contexto, podrían ser situados e integrados. Por último, el resultado tiene sus propias formas de valorarse, por ejemplo, en la forma de portafolio.
Es sabido que, para realizar una obra de arte, la práctica y el conocimiento son una parte importante de su creación humana. Por la parte del conocimiento, se despliegan todo tipo de conceptos a su alrededor que son importantes para situarlo, tanto dentro de la investigación artística como su papel relevante fuera de ella. De ahí que el conocimiento pueda tener diferentes niveles paradigmáticos. El empirista y el crítico son un ejemplo de ello. Asimismo, lo material, ligado a la razón, y lo inmaterial, ligado a la imaginación.
En una reflexión personal, me siento un poco confundido ante todos los conceptos que acarrea la investigación. Ya que veo un intento, a veces forzado, de parcelar y fragmentar cada uno de los caminos. Algo así como lo ocurrido durante la revolución industrial, cuando se profesionalizó el trabajo y quedó atomizando sus partes a un ejercicio repetitivo sin necesidad de pensar o investigar. Espero que la investigación artística no corra la misma suerte de que la mercancía prevalezca por encima de todo, y que sean los proyectos, en su forma libre, o utópica, la que nos genere interés por aprender, investigar, indagar en sus posibilidades.